John Wesley y la Gracia Preveniente

John Wesley y la Gracia Preveniente

John Wesley y la Gracia Preveniente

La Gracia Preveniente tiene un lugar fundamental en la teología de John Wesley. ¿Por qué ocurre esto? Porque la salvación es central en la fe cristiana. Wesley declaró: “La salvación comienza con lo que generalmente se denomina (y muy apropiadamente) “Gracia Preveniente”[1]. La Gracia Preveniente, como un aspecto crucial de la doctrina de la gracia de Wesley, debe ubicarse en el contexto más amplio de esa doctrina y de su teología como un todo[2]. Esto nos permite tener una visión clara de la gracia preveniente y sus funciones en la teología de Wesley y, con suerte, evitar malentendidos. Para Wesley, la gracia preveniente no fue su contribución innovadora al cristianismo, sino un regalo esencial y lleno de Gracia de Dios para la humanidad caída, revelado en las Escrituras, arraigado y reflejado en la tradición cristiana.

            Debido a las palabras prestadas de otros idiomas al inglés y los cambios resultantes en los significados de las palabras, el término Gracia Preveniente, al igual que la perfección cristiana, pueden parecer extraños e incuso confusos. Preveniente proviene del latín praeveniere, que significa preceder o venir antes. Wesley, como era común en su época, usualmente usaba el término gracia “preveniente” en un sentido que estaba en armonía con su raíz latina. Esto es muy diferente al significado común de “prevenir” en el inglés hoy (evitar que algo suceda). Si se define de acuerdo con Wesley y el cristianismo clásico, se pueden usar términos alternativos como “gracia preparatoria” o “gracia habilitadora”. La gracia preveniente puede describirse como la obra del Espíritu Santo al acercarnos a Dios.

            Si bien el término gracia preveniente no se encuentra en la Biblia, el concepto está sin embargo, profundamente arraigado en ella. En las Escrituras y en la vida del creyente la gracia es supremamente revelada y personificada en la encarnación y expiación de Jesucristo. La reconciliación con Dios es posible gracias a la obra preveniente de la Santísima Trinidad enviando al Hijo de Dios. Wesley vio la encarnación de Cristo – “la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo” – (Juan 1:9), como un regalo de gracia preveniente para todas las personas. La gracia preveniente también puede vincularse implícitamente a la obra de Dios al dirigir “su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Respecto a la gracia preveniente en relación a la Trinidad, Wesley enmarcó que: es atraernos al Padre, es la luz del Hijo y es la obra del Espíritu al convencernos de pecado[3]. Como esto lo sugiere, la salvación es una obra divina sobrenatural habilitada por la gracia de Dios[4].

            En relación con la historia del pensamiento cristiano, la visión de Wesley de la gracia preveniente se extrajo especialmente de la iglesia primitiva y de la iglesia de Inglaterra. Al igual que con el Artículo de Fe número siete de la Iglesia del Nazareno, la gracia/gracia preveniente se encuentra en los Treinta y nueve artículos de la Iglesia de Inglaterra. El Artículo Diez aborda la gracia y el libre albedrío declarando que “después de la caída de Adán… no tenemos poder para hacer un buenas obras… sin la gracia de Dios por medio de Cristo previniéndonos”. Esta comprensión de la relación entre la gracia y el libre albedrío fue fundamental para la Reforma protestante. Destaca tanto la incapacidad humana para volverse a Dios aparte de la gracia y, lo que es más importante, el poder de la gracia de Dios para salvarnos, personal y colectivamente[5]5.

            No es raro escuchar a los wesleyanos discutir el libre albedrío de tal manera que sugieran que simplemente podemos elegir ser salvos. Wesley negó este punto de vista del “libre albedrío natural”, sin embargo creía que “hay una medida de libre albedrío sobrenaturalmente restaurada en cada hombre”[6]. Esta restauración por la gracia preveniente de Dios nos permite cooperar con esta gracia y avanzar hacia el arrepentimiento, la justificación la regeneración, la santificación y, en última instancia, la glorificación.

            Como iniciativa de Dios, la gracia preveniente nos permite responder a Dios, en los términos de Wesley, “cooperar” o “colaborar” con Dios. Si bien la doctrina se puede encontrar en muchos de los escritos de Wesley, el único lugar en el que se expresa más claramente es su sermón “Trabajando por nuestra propia Salvación”, que usa Filipenses 2:12-13 como texto. “Lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad”. Wesley resume memorablemente esta enseñanza como “es Dios quien obra en primer lugar y esto hace posible que nosotros actuemos. En segundo lugar, porque Dios obra, es nuestro deber obrar en consecuencia”. Aquí Wesley subraya la universalidad de la gracia preveniente, por lo tanto “nadie peca porque no tiene la gracia, sino porque no usa la gracia que tiene”[7].

 En referencia a la salvación, la gracia preveniente es el “primer deseo de agradar a Dos, el primer despertar de luz acerca de su voluntad y la primera sensación leve y transitoria de haber pecado contra Él”[8]. Aunque debe recordarse que solo hay una gracia unida de Dios, con el propósito de explicar cómo la gracia de Dios opera progresivamente en la experiencia humana, Wesley describió un proceso cuádruple de gracia. Al ser despertado por la gracia preveniente, la gracia convincente (o que convence) es el movimiento y deseo hacia el arrepentimiento. La gracia que justifica nos permite confiar en Cristo para nuestra salvación. La gracia santificadora trae nuestra salvación a su plenitud, salvación del poder y la raíz del pecado y la restauración a la imagen de Dios. Wesley afirmó: “Sabemos por la experiencia y por las Escrituras, que esta salvación es al mismo tiempo instantánea y gradual”.[9]

Para Wesley, nuestra conciencia es un don sobrenatural dado por Dios a través del cual obra la gracia preveniente. Esta enseñanza está presente en “Trabajando por nuestra propia Salvación” y se desarrolla en su sermón “Sobre la conciencia”, donde Wesley define la conciencia como “Esa facultad [universal] por la cual somos consientes de nuestros propios pensamientos, palabras y acciones a la vez, y de su mérito o demérito, de su naturaleza buena o mala, y en consecuencia, merecedor de alabanza o censura.[10]  Reconociendo que el Espíritu Santo de Dios nos habla a través de nuestra conciencia  es otra forma de comprender la concepción de Wesley sobre la obra de la gracia preveniente.

La gracia Preveniente, aunque formaba parte de la amplia tradición Agustiniana Occidental, llegó a Wesley particularmente a través de las tradiciones Arminiana y Anglicana. Wesley como heredero y colaborador de estas tradiciones, enfatizó que la gracia de Dios es “gracia gratuita”. Es decir, es un don inmerecido de Dios prevenientemente dado a nosotros “siendo aún pecadores” y es un don universal sobrenatural dado a todas las personas. Esto se distingue de cualquier doctrina que limita la gracia salvadora de Dios a unos pocos elegidos. Para Wesley, toda persona está capacitada para cooperar con Dios cuando está convencida, justificada y santificada.

En resumen, la “prevenencia” es una realidad de todas las manifestaciones de la gracia de Dios. Por su propia naturaleza, la gracia de Dios es gracia preveniente. Por tanto, la gracia preveniente no es una etapa de la gracia que dejamos atrás una vez que respondemos a ella; necesitamos la gracia de Dios continuamente a lo largo de nuestras vidas, y Dios en su gracia nos la extiende para que podamos nacer de nuevo con nuestros afectos, mente y voluntad transformados por Dios, llevándonos a “avanzar a la perfección” (Hebreos 6:1).

La gracia preveniente sugiere que debemos considerar el amor incondicional como el centro del ministerio. Una tarea pastoral y evangelizadora de todos los Nazarenos es predicar el Evangelio en palabra y obra como medio para despertar a las personas a la obra preveniente de Dios ya presente en sus vidas. El Espíritu Santo que nos permite ver la obra de la gracia preveniente de Dios en la vida de quienes nos rodean debe activar el llamado al discipulado en la iglesia. Cuando atendemos este llamado, colaboramos con Dios para ayudar a las personas a encontrar la gracia gratuita de Dios que conduce a la liberación del pecado y a la vida gozosa de una vida santa.

Geordan Hammond es director del Centro de Investigación Wesley de Manchester y profesor titular de Historia de la Iglesia y Estudios de Wesley en el Nazarene Theological College en Manchester, Reino Unido.

 

Holiness Today, September/October 2020.

 

 

[1]   John Wesley, “Trabajando por nuestra propia Salvación” (Sermon 85), The Wesleyan-Holiness Digital Library, http://whdl.nbc.edu/working-out-our-own-salvation-sermon-85. Accessed June 15, 2020.

[2]   For example, for Wesley, grace/prevenient grace is intimately related to and at times indistinguishable from God’s love and God’s providence. 

[3]   Ver el sermon de Wesley’ “The Scripture Way of Salvation.” (El Camino de las Escrituras para la Salvación) La Gracia Preveniente debe verse como la acción de la gracia de la Santísima Trinidad, no como una sustancia que Dios pone en nosotros.

[4] Existe un amplio consenso entre los estudiosos de Wesley que la gracia es el centro de la teología de Wesley. En la frase frecuentemente citada de Albert Outler, dice que es el “tema axial” de su teología. Esto ha sido refinado por Randy Maddox como "gracia responsable": la gracia de Dios y nuestra participación voluntaria y empoderada por la gracia, cooperan en la vía salutis (camino de salvación); para Kenneth Collins representa la conjunción de “santidad y gracia”; y para Henry Knight es “la relación entre el amor y la gracia” con énfasis en el “optimismo de la gracia” de Wesley y “la gracia como el poder transformador del Espíritu Santo”. Esto debería subrayar que es crucial colocar la gracia preveniente dentro de la doctrina de la gracia de Wesley como un todo. La gracia preveniente es una forma útil de pensar en la gracia de Dios siempre que se entienda que solo hay una gracia unificada de Dios. No es una gracia separada de la misma gracia de Dios que permite el arrepentimiento del pecado, la salvación y la santificación.

[5] A lo largo de este artículo, “nosotros” se refiere tanto a nosotros personalmente como corporativamente como el cuerpo de Cristo.

[6] Wesley, Predestination Calmly Considered  (La Predestinación Considerada con Calma)

[7] John Wesley “Trabajando por nuestra propia Salvación” (Sermón 85)

[8] Ibid.

[9] Ibid.

[10] John Wesley, “Sobre la Conciencia” (Sermon 105), The Wesleyan-Holiness Digital Library, https://www.whdl.org/conscience-sermon-105. Accessed June 15, 2020.

Public