Inmigrantes en la Biblia en el proyecto integral de la misión de Dios

Inmigrantes en la Biblia en el proyecto integral de la misión de Dios

Inmigrantes en la Biblia en el proyecto integral de la misión de Dios

Abraham como inmigrante

«Y Jehová dijo a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré al que te maldiga. Y en ti todas las familias de la tierra serán bendecidas. Y se fue Abram, como Jehová le había hablado. Y Lot fue con él. Y Abram tenía setenta y cinco años cuando salió de Harán». -(Génesis 12:1-4)

Abram sería conocido como Abraham y el padre de la fe del pueblo hebreo. Abraham, en obediencia al llamado de Dios, dejó su país natal para cumplir con los planes de Dios en establecer una gran nación para llevar a cabo su misión entre las naciones. Abraham y su familia se convirtieron en inmigrantes con el fin de representar al Dios del pacto.

Abraham se convirtió en un "misionero" que representaría al único Dios verdadero. Abraham con su fe y confianza en Dios, demostró la diferencia entre servir a un Dios amoroso, misericordioso y fiel, a diferencia de los dioses hechos por el hombre. Abraham es un prototipo de todos los inmigrantes que han dejado su país en obediencia a Dios para dar testimonio de un Salvador amoroso, misericordioso y fiel.

Los israelitas (hebreos) como Inmigrantes

«Y estos son los nombres de los hijos de Israel que vinieron a Egipto; cada hombre y su casa vinieron con Jacob: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser».  -(Ex. 1: 1-4).

Los hijos de Israel se convirtieron en una nación de inmigrantes en el país de Egipto. Es interesante que el relato bíblico en el libro de Éxodo comienza con los nombres de los hijos de Israel que son las raíces de la formación de los hijos de Israel, también identificados como étnicamente hebreos.

Los israelitas en la tierra de Egipto fueron fecundos y se multiplicaron hasta el punto que un nuevo rey de Egipto los considerará como una amenaza a la nación. Este nuevo Faraón no sabía del gran liderazgo de José en Egipto, ni reconoció la contribución de los hebreos al imperio egipcio.

Dios liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto y llamó a uno de los suyos, Moisés, para ser su instrumento de justicia y misericordia para liberarlos. Dios confirmó la identidad de las doce tribus de Israel. 

En la narrativa bíblica se puede observar que los hebreos o israelitas tenían peculiaridades como tribus, se podría decir que era una etnia diversa de acuerdo al trasfondo de cada tribu patriarcal.

En medio de su diversidad ancestral preservaban la unidad como un pueblo formado de doce tribus. La diversidad y la unidad era la identidad de los hebreos o israelitas:

«Cuando todo el pueblo acababa de pasar el Jordán, el Señor dijo a Josué: “Escoge doce hombres de entre el pueblo, uno de cada tribu, y diles que tomen doce piedras de en medio del Jordán, donde el sacerdote se puso de pie…» -(Josué 4: 1-3)

Dios quería que se preservara la identidad diversa entre los israelitas, y mandó a Josué a construir un monumento con las doce piedras como un reconocimiento de las características particulares de las tribus. A través de la historia bíblica en el Antiguo Testamento, los israelitas guardaban la identidad de cada una de sus tribus, aun en los momentos más críticos de su historia.

José como un inmigrante

“Ustedes no me enviaron aquí, sino Dios. Y Él me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto”. -(Génesis 45: 8)

La historia de José como inmigrante en Egipto es uno de los relatos más fascinantes e inspiradores de la Biblia. El registro bíblico nos dice que los hermanos de José estaban celosos de él a causa de sus sueños que anticipaban que algún día estaría por encima de ellos. Ellos maquinaron deshacerse de José, el soñador, y por ende lo vendieron como esclavo y así llegó a Egipto.

Dios le dio favor a José en Egipto, y el Señor hizo que todo lo que él hacía prosperará. José llegó a ser el mayordomo de la casa de un rico egipcio que trabajaba para el Faraón. La esposa de su amo tentando a José, le pidió ‘dormir con él’. José resistió la tentación, pero la mujer lo acusó falsamente y terminó en la cárcel. «Mas Jehová estaba con José, y tuvo compasión de él, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel».

Mientras que José estaba en la cárcel el Faraón tuvo un sueño. Dios le reveló a José el significado del sueño de Faraón. «Y Faraón dijo a José: “Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, solamente en el trono seré yo mayor que tú" ». José llegó a Egipto como un esclavo inmigrante y más tarde se convirtió en el segundo en mando después de Faraón.

JESÚS ​​como inmigrante

«Tened entre vosotros el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando la forma de un siervo, haciéndose semejante a los hombres…»  -(Filipenses 2: 5-7).

Jesús salió de su lugar de gloria para venir a encarnarse en hombre, para vivir y morir por la redención de la humanidad «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna» (Juan 3:16); Jesús dejó su hogar celestial para convertirse en uno de nosotros para cumplir la misión eterna de la salvación. Después de cumplir su misión, regresó a su hogar celestial.

Jesús y su familia como inmigrantes

«...He aquí un ángel del Señor se le apareció a José en sueños y le dijo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te lo diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para acabar con él. Cuando se levantó, tomó al niño y a su madre de noche, y se fue a Egipto» -(Mateo 2:13-14).

Dios a través de un ángel, envió un mensaje a José para el bienestar del niño Jesús y su madre. El rey Herodes quería matar al nuevo Rey de Reyes, el niño Jesús, pero Dios protegió a su hijo para que él llevara a cabo la misión redentora de la humanidad.

Dios escogió a Egipto para ser la tierra de refugio para la familia de Jesús. Ellos se convirtieron en inmigrantes en ese país con el fin de escapar del malévolo edicto del rey Herodes. Egipto se convirtió en un país que proporciona protección para la familia de Jesús y quizás para muchas más familias y sus niños que huían de la espada maligna de Herodes.

Egipto se convirtió en un lugar importante en la historia de la salvación de Dios, permitiendo refugio seguro para Jesús y su familia. ¡Qué contraste en la historia de Egipto durante la esclavitud hebrea! Egipto era una tierra de opresión que a la vez también decretó la muerte de los bebés hebreos, pero ahora es una nación de albergue y protección.

Es fascinante encontrar en la Biblia tantos inmigrantes como parte integral de la misión de Dios en el mundo, solo para mencionar algunos otros como Rut, Ester, Daniel y sus tres amigos.

Roberto Hodgson, Director de Ministerios Multicultural.

Public