UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

No siempre se tiene una segunda oportunidad y aquí Dios está hablando de una. Esta oportunidad viene como resultado de una invocación al nombre del Señor. Se demuestra con esto el gran poder de Dios de permitir que las ruinas sean edificadas y fortalecidas para poder desde ahí ejercer dominio y señorío sobre las naciones (vv.11 y 14).

Pero esta segunda oportunidad viene cargada de una prosperidad sin precedente de tal forma que en la agroindustria nacional el que siembra y el que cosecha casi se encontrarán de tan rápido que crecerá la siembra. Así mismo pasará en el lagar con las personas que traen las uvas y aquellos que las procesan (v.13). Hay promesas de tiempos mejores para un pueblo que dio fruto de actos de desobediencia que fue corregido con vara y enderezado con plomada.

Poéticamente los montes (la tierra) destilarán jugo de la uva y los collados fértiles se derretirán de tantas buenas cosechas. Este lenguaje gráfico nos habla de la cosecha de muchas personas que no son judías como los gentiles y que van a disfrutar de la misma oportunidad de salvación que los demás (v.13). Así lo entendieron los creyentes y el liderazgo de la iglesia central reunidos en Jerusalén en Hechos 15 que al citar a Amós lo hicieron pensando en la salvación de los gentiles incluidos en el tabernáculo de David.

Esta oportunidad de parte de Dios es tan grande y amplia que toma el cautiverio de Israel y el asolamiento de su tierra como el ejemplo del retorno de mucha gente a Dios para reconstruir espacios, cultivar la espiritualidad, disfrutar de las bendiciones de Dios, obtener seguridad física, emocional y espiritual y ensanchar los lazos de fraternidad y sentirse incluidos y no extraños.

A veces las personas que una vez fracasaron y fueron castigadas, piensan que esto se puede repetir y se cargan de temores. Dios promete que esto nunca más va a ocurrir que ahora nada ni nadie los sacará de su posesión. En esto consistió la misión de Jesús de buscar lo que se había perdido, deshacer las obras del enemigo, y librar de temores a aquellos que por miedo a la muerte estaban esclavizados (Lucas 19:10, 1 Juan 3:8 y Hebreos 2:15).

Dios a través de Amós está haciendo un llamado con promesa de restauración de vidas para todos aquellos que regresen. Esto nos hace recordar la actitud del amoroso padre del hijo pródigo que al regresar a casa pidió ser un jornalero más y no un hijo legítimo. Narra Lucas que el padre no accedió y por el contrario decretó día no laborable, festivo y apropiado para hacer fiesta y matar el toro gordo porque este …«hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado» (Lucas 15:20-24).

Finalmente se puede decir que el llamado con promesa de oportunidad es una demostración de la apertura de Dios, el cual cumple todo lo que promete como lo confirman las últimas palabras de Amós de que es Dios quien lo ha dicho (v.15).

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