La Vida es como un Sendero

Nuestra vida espiritual es como un sendero: un sendero en la gracia. Comienza cuando escuchamos el llamado de Dios para venir y seguirlo, para poner nuestra fe en Jesucristo. Esto fue cierto en la vida de Simón Pedro. Un día, estaba limpiando sus redes de pesca con su hermano Andrés. Jesús los miró y los invitó a venir y seguirlo. Inmediatamente, Pedro y Andrés dejaron todo y siguieron a Jesús. Esa decisión les cambió la vida.

El Sendero en la Gracia

Cuando comencé a servir como director global de los Ministerios Internacionales de Escuela Dominical y Discipulado (MIEED) en agosto de 2018, muchas personas me preguntaron: “Cuando hablas de discipulado, ¿Qué quieres decir con "discipulado’ ¿Quieres decir ‘escuela dominical’? ¿Te refieres a grupos pequeños? ¿O te refieres a ‘mentoreo uno a uno’?”. Me he preguntado si me lo decían para ver en qué “bando” estaba para poder decidir si valía la pena escucharme. Sin embargo, sus preguntas revelaron que teníamos un problema.

Elementos Esenciales del Discipulado

El tema del discipulado inmediatamente me trae a la mente mi infancia. Tuve la fortuna de ser discipulado por mis padres. La vida de mis padres fue un modelo encarnacional de discipulado. Las actividades de la semana y las conversaciones familiares alrededor de la mesa guiaron a cada uno de nosotros hacia Cristo. Si hubo un plan de discipulado formal, nunca lo vimos, pero sabíamos las lecciones de memoria. Era acerca de quiénes éramos y qué hacíamos como cristianos.

Crianza Intencional

La tradición judía se refiere a Deuteronomio 6:4-5 como el Shemá. Shemá es una palabra hebrea que significa “escuchar” y es la primera palabra en este texto judío: “Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas”.

Creciendo en Gracia

La primavera pasada, mientras caminaba por nuestro jardín, me emocioné al ver las plantas de tomate de rápido crecimiento y el tamaño de la fruta que producían. Después de varias semanas de cuidar, quitar las malas hierbas y regar, llegó el día en que los tomates estaban maduros y listos para cosechar. Caminando cuidadosamente a través de las plantas de tomate, recogí varios tomates rojos y grandes; pensé en mi infancia y en los grandes y exuberantes jardines que cultivaban mis padres.

Consagración: Conocimiento y Confianza, Devoción y Pasión, Entrega y Servicio

Coram Deo es una expresión latina que significa que uno está ante el rostro de Dios. ¿Qué sucede cuando estamos en la presencia de Dios? En el capítulo 6 de Isaías, vemos al profeta ante Dios: Coram Deo. Esta experiencia provoca desesperación en Él. Frente al Señor, el estaba tan consciente de su impureza que pensó que no podría seguir viviendo. «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, el Señor Todopoderoso».

La Gracia de Dios al Regenerar a Aquellos Muertos en Pecado

La regeneración es un acto de Dios que por gracia, da nueva vida a aquellos que están muertos en pecado[1]. La organización de fe mundial identificada como la Iglesia del Nazareno acepta que Dios en su gracia da vida a aquellos que han estado espiritualmente muertos en pecado.

Formación Santa

James K. A. Smith abre su maravilloso e innovador libro sobre adoración y formación Desiring the Kingdom, (Deseando el Reino), invitando a los lectores a imaginar que antropólogos extraterrestres de Marte vienen a la tierra para estudiar todos los aspectos de la humanidad. Debido a que están especialmente interesados en lo que la humanidad adora y venera, siguen a un gran grupo de personas a lo que creen que es un santuario.

Santificación y Pecado Original

Reinhold Niebuhr afirmó una vez que el pecado original “es la única doctrina empíricamente verificable de la fe cristiana”[1]. Con esto quiso decir que solo necesitamos mirar la historia humana para creer en la realidad del pecado original. Esta doctrina se remonta al jardín del Edén, donde nos encontramos con nuestros primeros padres: Adán y Eva. En Romanos 3:23, Pablo dejó en claro que “todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”.