¿Sigue Dios Sanando?

¿Sigue Dios Sanando?

¿Sigue Jesús hoy sanando a las personas como lo hizo en la Biblia? Si Él puede hacerlo, entonces, ¿qué está esperando? ¿Está realmente escuchando? ¿Realmente hacen una diferencia mis oraciones o cambian algo? La decisión de Dios de sanar parece muy arbitraria. ¿Estoy haciendo algo mal cuando pido sanidad y no ocurre? Estas son preguntas que han pasado por mi mente a lo largo de los años cuando oraba por mí, por mi familia y por otras personas que necesitaban un toque de Dios. Como alguien que ha visto muchas respuestas positivas a las oraciones de sanidad, honestamente puedo decir que la forma en que Dios responde esas oraciones, sigue siendo un misterio para mí. He recibido respuestas a todas mis oraciones, pero lamentablemente a veces la respuesta ha sido “no”.

Sin embargo, todavía oro por sanidad cuando alguien me lo pide y siento que puedo reunir mi “semilla de mostaza de fe” creyendo que la sanidad es posible en su situación. Jesús sabe qué es lo mejor en estos momentos. Así que hago lo que me dicen y oro cuando me alientan a hacerlo. Después de estar en el misterio durante 24 años, me ha sorprendido cuántas veces, debido a la oración por sanidad que una persona hace por otros, Jesús ha intervenido directamente. Este artículo está escrito para ayudarte en tu camino con Jesús, el Sanador. Saber que Jesús todavía sana a las personas de la misma manera que lo hizo durante su ministerio en la tierra es sorprendente y fortalece la fe.

Sé que no todos son sanados de esta lado de la eternidad aunque no entiendo por qué. El sufrimiento es real y a veces se permite que forme parte de nuestras vidas durante mucho más tiempo del que nos guastaría. Además, la muerte sigue siendo una certeza hasta que Jesús regrese. No importa cuánta fe tenga, eventualmente voy a morir. Mi fe no me impedirá cumplir la cita final que Jesús ha fijado para mí.

En noviembre de 2015 viajé a predicar con mi amigo Flavio Valvassoura a la Iglesia Central del Nazareno, en Campinas, Brasil. El martes por la noche me invitó a asistir a su servicio de adoración de sanidad y liberación. Me sorprendió ver a casi 3,000 personas llenar el edifico en un tiempo de adoración apasionada, escuchando la Palabra de Dios y participando en la oración de sanidad. Tenían personas estacionadas en el frente a quienes les vertían aceite en la palma de sus manos, ungiendo a cualquiera que tuviera una necesidad de oración. Las filas se extendían por cada pasillo, de adelante hacia atrás. El pastor y las personas no buscaban el estatus de celebridad; estas personas fueron capacitadas para creer que Jesús sigue sana hoy y estaban practicando Santiago 5:16, que dice: “Por eso, confiésense unos a otros sus pecados y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz”. ¡La experiencia fue increíble y fortalecedora de la fe! Regresé a casa creyendo que deberíamos hacer esto en nuestra iglesia en Lakeland, Florida.

Así que durante el siguiente año, cada semana, los miércoles por la noche, desarrollé los 12 pasos de sanidad que el Señor me dio para compartir con nuestra congregación. Después de enseñarlo una vez, lo repetimos nuevamente. Los principios parecían encajar con la situación que las personas estaban atravesando en esa temporada.

Agregaré aquí que creo que toda sanidad es de Dios. Si es por medios médicos, Dios le dio al cuidador la capacidad de encontrar una solución. Si es por medios naturales que el cuerpo utiliza para combatir las infecciones, Dios creó esa arma como parte de su diseño original. Si es por intervención sobrenatural a través de la oración, entonces digo, alabado sea el Señor y gracias Jesús. Cuando estoy enfermo, oro, voy al médico y espero que mi cuerpo responda como debe ante cualquier problema. Dicho esto, todavía tengo algunas cosas rotas . . . ¡Y todavía estoy orando por mi y por otros que necesitan sanidad! A continuación hay 12 pasos a considerar, que espero le ayuden y animen a su iglesia a considerar buscar discernimiento en su ministerio de sanidad.

  1. Creo que nada es imposible para Dios.                                                                                     

Marcos 9:23-24

 

  1. Creo en un Dios que hoy todavía hace Milagros.                                                                                   

Mateo 7:7-8 Jesús dice “pidan . . . busquen . . . llamen”.

 

  1. Creo que Dios escucha cada oración.                                                                                                    

Proverbios 15:29, Jeremías 33:3, Efesios 3:12

 

  1. Creo en el poder de la oración.                                                                                                 

Santiago 5:16-18, Efesios 6:18-19, Mateo 18:20

     

  1. Creo que hoy Jesus todavía salva, sana, restaura y renueva a las personas, a través de su iglesia.          

Juan  14:12

 

  1. Creo que Dios trae sanidad a nuestra vida a través de su Palabra.                                 

Efesios 5:26

 

  1. Creo que el Espíritu Santo a veces nos guiará hacia las respuestas a las oraciones.

 

  1. Creo que la Iglesia existe para mostrar el poder sanador de Dios al mundo.                                          

Marcos 16:17, Juan 14:12

 

  1. Creo que cada cristiano es un canal de amor sanador para los demás.                          

Lucas 5:20, Mateo 8:13, y los relatos de sanidad en el libro de los Hechos.

 

  1. Creo que Dios da una gracia especial en tiempos de sufrimiento.                                              

La oración de Pablo pidiendo liberación del aguijón en su carne fue negada; pero Dios dijo: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad” (2ª Corintios 12:9 NVI)

 

  1. Creo que la plenitud viene por fe, a través de Jesús.                                                                 

La fe de los amigos (Lucas 5:20)                                                                                           

La   fe de la familia (Lucas 8: 41-42)                                                                                     

La fe de un seguidor de Jesús (Hechos 3:6)                                                                          

La fe del enfermo (Marcos 5:26)                                                                                                      

La intervención directa de Dios (Lucas 13:12-13)

 

  1. Creo que mi sanidad definitiva es la vida eterna con Jesucristo.

Al final del día, ya sea que mi oración conduzca a la sanidad o no, sé que Jesus siempre traerá plenitud. La plenitud es ese estado del ser en el que uno puede estar en paz con Dios y con sus circunstancias dolorosas debido a la fe en que Dios está obrando en todas esas situaciones.

Brett Rickey es Superintendente del Distrito Pacífico de Oregon.                        

Public